martes, 23 de agosto de 2016

EFECTOS DE TENDENCIAS



POLÍTICO - SOCIAL - CULTURAL DE LA INDUSTRIA FORESTAL

ASPECTOS POLÍTICOS
Crecimiento económico
El crecimiento económico es deseable y necesario, y representa un objetivo que todos los países se proponen alcanzar. Su impacto en los bosques es una realidad y el cambio de la cubierta forestal es uno de los resultados del modelo en que se basa dicho crecimiento. Sin embargo, no existen evidencias de que una disminución sostenida del crecimiento económico regional comportaría un mejoramiento de la conservación de sus recursos forestales. Por el contrario, el aumento de la pobreza y el deterioro de las economías podrían acelerar la reducción y la degradación de los bosques. Una primera implicación importante de dicha situación es que, en el futuro, la conservación forestal dependerá de que ésta se considere explícitamente como uno de los resultados de los planes nacionales de desarrollo. La sustentabilidad de los bosques no es incompatible con el crecimiento económico; podría defenderse de mejor manera esta afirmación a través de análisis multidisciplinarios que consideren la infraestructura forestal una condición imprescindible para el crecimiento económico sostenido. Todo ello debería tenerse debidamente en cuenta al replantear las estrategias de desarrollo económico, alivio a la pobreza y los contenidos de los planes nacionales forestales.

Derecho de propiedad e incentivos económicos para la conservación 
Los numerosos estudios de las causas de la deforestación también han permitido identificar como temas importantes de análisis la modalidad de acceso y la seguridad de la propiedad de la tierra, y los incentivos económicos para la producción de bienes públicos y servicios ambientales a nivel nacional e internacional. En muchos de los países aún siguen vigentes leyes que obligan a cortar los árboles como prueba de "mejora" de la propiedad, y como requisito indispensable para asegurar la tenencia de la tierra.
Por otra parte, el manejo sostenible de más de 900 millones de hectáreas de bosques que posee América Latina y el Caribe y la adopción de políticas en este sentido implican costos considerables, especialmente si se adoptan políticas basadas solamente en el control y la vigilancia. A fin de abaratar los costos y sobre todo asegurar el cumplimiento de las regulaciones se requerirá un alto nivel de participación de todos los actores. Ante el actual contexto internacional, y en vista de los limitados resultados de las políticas de control y vigilancia policial utilizadas en el pasado, el análisis de los incentivos económicos y de los instrumentos de mercado se presenta como un tema especialmente importante y prometedor. Estudios y experiencias sobre el sector forestal, por ejemplo en el Brasil, el Perú y Costa Rica, así como las experiencias en otros sectores han evidenciado que los incentivos económicos son un instrumento eficaz para asegurar la participación y la conservación de los bosques. Ahora bien, también es cierto que estos incentivos tienen el riesgo de transformarse en instrumentos perversos o en fuente de desigualdad y pobreza. Tales deficiencias, sin embargo, son predecibles y están asociadas con las debilidades institucionales. Los incentivos económicos y los instrumentos de mercado bien diseñados, podrían ofrecer oportunidades importantes para combinar la sostenibilidad forestal con el reto de combatir la pobreza y disminuir la desigualdad en la región. Por tanto, los mecanismos eficaces de participación y los subsidios son temas prioritarios para el análisis de políticas.


ASPECTOS SOCIALES:

Si se logra implementar los proyectos relacionados con las plantaciones, aprovechamiento forestal y procesamiento de la madera. Además, si se desarrollan actividades relacionadas al ecoturismo, turismo de aventura y turismo de montaña, el sector forestal podría contribuir en el corto y mediano plazo en la reducción de la pobreza rural y la generación de empleos. Si se estimula a los grandes inversionistas, procedentes de los sectores ganaderos y cañeros a invertir en el sector forestal se alcanzará un mayor crecimiento de este sector, y por lo tanto sus implicancias a nivel social.

Poblaciones indígenas y pequeños empresario
La desigualdad en la distribución de la riqueza y la pobreza son dos aspectos bastante graves . A ello se unen las demandas de las poblaciones indígenas y los nuevos compromisos derivados de los programas de descentralización y de la mayor participación de la sociedad civil en la formulación de políticas forestales y la gestión de los bosques. El mejoramiento de las capacidades de dirección empresarial de las comunidades indígenas y de los pequeños y medianos empresarios puede ser un complemento adecuado para enfrentar el marco del libre comercio, la mayor actividad del sector privado en los bosques públicos y las economías de mercado que caracterizarán las sociedades latinoamericanas. Otra medida complementaria es el aprovechamiento de las nuevas tecnologías de comunicación electrónica para incrementar la productividad, acceder a los mercados y fomentar la participación de los pequeños productores en el marco de la globalización.
Se prevé que en 2020 las comunidades indígenas y los pequeños y medianos propietarios tendrán mayor participación en los programas de repoblación y protección forestal, incluso en la prevención de incendios. Asimismo, se espera que las comunidades indígenas participen más en el manejo y aprovechamiento de los bosques. Todo ello acentúa la necesidad de mejorar las capacidades institucionales de los países de la región para enfrentar estos desafíos. Sin una adecuada capacitación, los pequeños productores y los grupos indígenas podrían perder la oportunidad de disminuir la desigualdad social y la pobreza que los afecta y de aprovechar los bosques de forma sostenible.


ASPECTOS CULTURALES:


Los bosques constituyen reservorios de gran interés arqueológico y cultural, lugares naturales únicos por sus características, calidades estéticas y rasgos específicos que proporcionan beneficios y satisfacciones a la sociedad.

La distribución geográfica de las plantaciones forestales se caracteriza por una tendencia a ocupar la máxima superficie continua posible, desplazando a otros tipos de uso de los suelos. Esto genera un proceso de despoblamiento de determinadas zonas rurales, particularmente de la gente más joven, que migra hacia centros urbanos. La parte más calificada de esta población desplazada se puede incorporar al trabajo forestal, pero en general existe una descapitalización social y económica del campesinado. Con ello, se está comprometiendo la persistencia de los mecanismos empleados tradicionalmente por la población campesina e indígena para llevar adelante su reproducción social, económica y cultural.


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